
Más que la mayoría, los relojes de Alain Silberstein son fáciles de reconocer por el diseño único de sus cajas y las esferas, decoradas con colores llamativos. Pero no se trata de relojes “pop”: son más bien una seria contribución a la ciencia horológica, con maquinarias de la mejor calidad, cajas metálicas muy esmeradas, y correas y pulseras de un magnífico acabado. Frenchman Silberstein, que es antes que nada un diseñador, fundó esta compañía en 1989 y concentra toda su creatividad en las cajas de sus relojes, que son de tres formas: circular, cuadrada y triangular; usa preferentemente tres colores: rojo, amarillo y azul. Además de sus relojes de pulsera, que son verdaderas piezas de coleccionista, Silberstein diseña también grandes relojes, con el mismo atrevimiento cromático y utilizando las tradicionales maquinarias francesas.
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