Relojero leonés de nacimiento, tuvo que emigrar a Londres en 1823. Prosperó rápidamente y fundó su establecimiento en el centro por excelencia de la relojería inglesa, en el 105 de Regent Street. Sus relojes de bolsillo, simples o con repetición, relojes de péndulo, cronómetros de marina, etc., llegaron a alcanzar las más altas cotas de calidad y aprecio por parte de sus clientes, entre los que se contaban la realeza española y el almirantazgo. Se le invistió con los títulos de Relojero y Cronomista de Marina, la Encomienda de número de Isabel la Católica y el de Relojero de Cámara de SS.MM. y Real Familia con uso de las Armas Reales. Losada mantuvo su negocio boyante incluso cuando la relojería inglesa empezó a declinar ante la suiza, seguramente por haberse abierto especialmente al mercado español, que a la sazón contaba con Cuba y Filipinas. Llevan su firma los relojes de las catedrales de Málaga y Caracas y el célebre reloj de la Puerta del Sol, que regalo al pueblo de Madrid. Losada numeraba y registraba cada reloj salido de su empresa, con lo cual hoy día su producción puede seguir siendo apreciada y valorada con todo rigor. |
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